Sobresaturación de opiniones
En la última novela de Isabel Allende, un muchacho en edad universitaria decide matricularse en Ingeniería de minas. Dado que fue criado en un hogar de inquietudes humanísticas, nadie se explica el motivo de su elección hasta que el joven replica: “Porque las piedras no opinan ni contestan”. Entendí al pobre Marcel a la perfección. Ahora mismo todo el mundo cree que sus opiniones son fundamentales para el resto de la humanidad. Convencidos de que te están haciendo un favor, te nutren de consejos y avisos, alejándote de aterradores peligros como el de picotear unas patatas fritas después de las seis de la tarde. TeLEER MÁS