¿Y qué pasa si soy domadora de peluches?
Imaginémosnos que toda tu vida has sido acróbata de circo. Llenabas la pista con tus piruetas, volteretas y todo tipo de efectos, dibujando las figuras lo más vistosas posibles para que, tanto el público como tú misma, disfrutarais de lo lindo. Pero tanto entrenamiento y coscorrón te han pasado factura, así que te estás planteando seriamente cambiar de faceta. Aunque, ¡oh!, ¡Qué fatigoso es caminar por la vida dando explicaciones! Porque de eso no te libra nadie, y lo sabes. Además, si andarse con aclaraciones sobre tu vida no fuese tormento suficiente, previamente has de traspasar el umbral de tus dudas. Proceso, este, noLEER MÁS