No hay nada más optimista en estos tiempos inciertos, que contemplar los escaparates de las tiendas de fotografía. Desde niños vestidos de marinerito, hasta una Mamá Noel no apta para menores de edad, allí todo el mundo irradia alegría. Reconozco públicamente mi pasión por estas muestras fotográficas, e incluso he configurado un recorrido oficial de vitrinas para mi deleite personal. Además, salvo en temporada alta de comuniones y bodas, en la que las exposiciones resultan un pelín monotemáticas, el resto del año puedo disfrutar de un variado contenido del que no me puedo quejar. Comencemos, sin tiempo que perder, el repaso de las diferentes estampasLEER MÁS